Descubre la filosofía Lean

Mejora continua, participación de todo el personal, eliminación o reducción de desperdicios, optimización plena de recursos…conceptos ya interiorizados por muchas empresas y que son la base sobre la cual se desarrolla la filosofía del Lean Manufacturing.

Un término que se comenzó a fraguar en los años 40, cuando la empresa Toyota necesitaba competir con la todopoderosa industria automovilística americana, y que hoy ha superado “el período de prueba” dejando atrás los prejuicios de las modas pasajeras para asentarse como una manera de trabajar asumida en todos los sectores de la industria

La idea básica  al plantear la filosofía Lean es que “no se trata de cuánto dinero gana la empresa, sino de qué tan bien evalúa las demandas específicas de los consumidores y cómo las satisface con la menor cantidad de recursos posible”.

¿Qué es la filosofía Lean y por qué puede ayudarte en tu negocio?

Su objetivo fundamental es la satisfacción del cliente, mediante la entrega de productos y servicios de calidad que son lo que el cliente necesita, cuando lo necesita en la cantidad requerida, al precio correcto y utilizando la cantidad mínima de materiales, equipamiento, espacio, trabajo y tiempo.

El objetivo principal de la filosofía Lean es la satisfacción del cliente Clic para tuitear

Lean es más que un conjunto de herramientas y prácticas. Éstas, emanan de una serie de principios que deben calar en la cultura de la organización antes que cualquier otra cosa. Más allá de la implantación mimética de un conjunto de herramientas, Lean implicará la transformación de la organización, comenzando precisamente por la adopción de sus principios.

El resultado de este proceso es una empresa con una eficiencia y productividad aumentada de cara al futuro, gracias a un proceso de trabajo mucho más optimizado y orientado a la satisfacción del cliente con el menor gasto posible.

La gestión Lean proporciona a la empresa herramientas para sobrevivir en un mercado global que exige cada vez calidad más alta, entrega más rápida a más bajo precio y en la cantidad requerida.

 La implementación de la filosofía Lean permite:

  • Reducir los desperdicios (sobreproducción, tiempo de espera, inventario, transporte, procesos, movimientos, artículos defectuosos, errores).
  • Crear sistemas de producción más eficaces y procesos generales más óptimos.
  • Crear sistemas de entrega de materiales apropiados.
  • Involucrar a todo el personal en cambios directos en su puesto de trabajo.

La idea con el Lean Management es que al eliminar el despilfarro la calidad mejora y el tiempo de producción y el coste se reducen.

Principios del Lean Management

Los principios clave del Lean Management son:
  • Minimización del despilfarro: eliminación de todas las actividades que no son de valor añadido y optimización del uso de los recursos, ya sea capital, personas o espacio.
  • Mejora continua de la calidad: búsqueda de cero defectos, detección y solución de los problemas en su origen, reducción de costes, mejora de la calidad, aumento de la productividad y compartir la información.
  • Procesos “pull”: los productos son emitidos (en el sentido de solicitados) por el cliente final, no empujados por el final de la producción.
  • Flexibilidad: producir rápidamente diferentes mezclas de gran variedad de productos, sin sacrificar la eficiencia debido a volúmenes menores de producción.
  • Construcción y mantenimiento de una relación a largo plazo con los proveedores tomando acuerdos para compartir el riesgo, los costes y la información.

Diferencias entre la gestión lean y la gestión convencional

Las siguientes, son algunas de las diferencias más importantes entre la gestión lean y la gestión convencional, que se pueden apreciar en muchas empresas. No siempre ocurren todas, pero es bastante común encontrarse con algunas como, por ejemplo:

  • La gestión lean promueve los sistemas pull, en los que la demanda real activa la producción; mientras que la gestión convencional promueve los sistemas push, es decir, que empujan la demanda al mercado.
  • La filosofía lean busca la excelencia y la perfección, observando y escuchando directamente al cliente; mientras que la gestión convencional se mueve a través de prácticas de vigilancia a la competencia, con herramientas como el benchmarking o los estudios de mercado tradicionales, por ejemplo.
  • La gestión lean supone trabajar con una oferta constantemente ajustada al mercado, con un stock que idealmente es igual a cero; mientras que la gestión convencional necesita las ofertas y descuentos para colocar sus tradicionalmente altos niveles de stock en el mercado.
  • La gestión convencional busca resultados a corto plazo, en una única etapa; mientras que la gestión lean persigue los resultados a medio y largo plazo, en varias etapas, a través de la mejora contínua.
  • La gestión lean promueve una visión global del negocio, como sistema completo; mientras que la gestión convencional promueve una visión más local, es decir, por departamentos a modo de islas.

Conclusiones

En estos tiempos se habla constantemente de deslocalización por diferentes motivos, pero incidiendo principalmente en la necesidad de la reducción de costes (principalmente de personal), lo que pone en peligro el futuro de nuestro tejido industrial. Sin embargo, tal vez el problema no sean sólo los costes en sí, sino la falta de capacidad de muchas de nuestras empresas para aportar valor de forma eficiente con esos costes.

La aplicación de la FILOSOFIA LEAN puede que no sea la receta mágica, sin embargo, sí creemos que es un buen referente para conseguir aportar más valor, eliminando los despilfarros existentes en nuestras organizaciones y buscar constantemente ser mejores.