Aquella expresión de “lo suyo no es hablar” ya es incompatible con los líderes de las empresas actuales y, por supuesto, del futuro. Lo cierto es que las personas que son líderes hablan, se dirigen al resto de las personas de una manera muy especial, con unas características propias y lo saben, lo que también es importante. El lenguaje del líder debe ser claro, preciso y conciso.
El liderazgo no es más que “liderar con el ejemplo”. Las palabras y frases que utilices con tus colaboradores tienen un gran impacto en la moral y productividad de tu grupo de trabajo. Ten siempre en cuenta que las palabras son muy importantes, que no sólo ayudan a expresar tus intenciones, sino también se convierte en la principal herramienta de integración, colaboración y compromiso de tu equipo.
Las palabras y frases que utilices con tus colaboradores tienen un gran impacto en la moral y productividad de tu grupo de trabajo Share on XAprovechando al máximo la comunicación con nuestro equipo.
No existe una fórmula única que siempre estará inspirando a tu equipo a que den lo mejor de sí mismos. El liderazgo motivacional proviene de una conexión auténtica de las emociones con tu equipo. Tan sólo mira a tus colegas a los ojos y pregúntales cómo están. Escucha con mucha atención sus respuestas y menciónales de manera regular del por qué estás tan agradecido con ellos.
Por supuesto el lenguaje debe ser directo y capaz de motivar a sus empleados, tratarlos como personas y no como recursos. Al final, el líder debe convencer a la gente mediante el lenguaje y para ello debería empatizar con ellos, saber de sus vidas y de sus problemas. Si a esto le sumamos elementos en el discurso que resalte su autenticidad, el mensaje llegará todavía mejor.
Palabras mágicas
Las palabras mágicas existen. Y poco o nada tienen que ver con el abracadabra. Son fácilmente reconocibles, porque forman parte de nuestro lenguaje más básico. Gracias, perdón, por favor… son palabras clásicas, pero bien empleadas pueden resultar muy eficientes.
No obstante, otra palabra mágica a la hora de persuadir es el nombre de nuestro interlocutor. A todos nos gusta que nos llamen por nuestro nombre. Nos gusta tanto, de hecho, que nuestra percepción sobre la persona que se dirige a nosotros así mejora sustancialmente.
Por otro lado, palabras mágicas, muy de marketing, que pueden usarse con significativa efectividad serían talento, fácil, garantizado, inmediato, etc.
Los límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro liderazgo Share on XLos límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro liderazgo. Como líderes, no podemos no comunicar. Las cosas son como son, bien, porque alguien dijo lo que dijo o, bien, porque alguien no dijo lo que debió decir. Nuestros colaboradores habitan una realidad lingüística de palabras que pronunciamos, que son escuchadas e interpretadas, y que configuran sus pensamientos, emociones y acciones, en definitiva, su identidad misma.